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¿Cómo están afrontando la pandemia los restaurantes españoles y latinoamericanos?

Este artículo está disponible en inglés.

El Gaucho Argentinian Steakhouse parecía imparable en su crecimiento. En sólo una década, los propietarios de dicha cadena de restaurantes de carne de lujo fueron capaces de abrir numerosas sucursales en países con economías florecientes como Vietnam, Tailandia, Eslovaquia, Hong Kong y, recientemente, Filipinas.

Y luego ocurrió la pandemia de COVID-19 que paralizó la economía mundial y obligó a las empresas a cerrar.

“Nos ha afectado lo mismo que a todo el mundo, con una caída de las ventas de más de la mitad”, dice el copropietario del restaurante, David Timm. Pero a pesar de la enorme pérdida de ventas, Timm y otros restauradores de El Gaucho pudieron abrir un segundo establecimiento en Bonifacio Global City, en Taguig, durante la pandemia.

El Gaucho es uno de los muchos restaurantes españoles y latinoamericanos de Filipinas que fueron los más afectados por la recesión de COVID-19. Pero aunque el gobierno local está reduciendo poco a poco las restricciones, algunos de estos restaurantes nicho siguen intentando recuperarse.

“Los tiempos son difíciles debido a esta pandemia … Los hábitos de comida de la gente han cambiado… y siguen cambiando. A pesar de que se han suavizado algunas restricciones, seguimos teniendo dificultades con el descenso de nuestras ventas”, explica Agnes Almeda, directora de operaciones del restaurante español Pablo Bistro y del café Cartel Deli, en la ciudad de Makati.

Conocidos como la “Pequeña España” de la Salcedo Village, tanto Pablo Bistro como Cartel Deli ofrecen “tapas de autor, pizzetas, bandejas de embutidos, pastas, platos de carne y marisco y una amplia selección de vinos, licores y cócteles”.

Pablo Bistro
Foto de Agnes Almeda

Pero a diferencia de El Gaucho, Pablo y Cartel todavía se están recuperando un poco.

“Recordando el año pasado, creo que nuestro grupo fue capaz de adaptarse a la situación a pesar de los retos y obstáculos que se nos presentaron. Tuvimos suerte porque Cartel, una tienda de delicatessen-cafetería-panadería, pudo abrir para comida a domicilio y entregas, a las pocas semanas de iniciarse el encierro. Inmediatamente ajustamos nuestro plan de negocio, creamos un libro de jugadas de COVID para el equipo y, definitivamente, hicimos algunas innovaciones en nuestra oferta de productos y en el menú para hacerlo más amigable para la comida para llevar, las entregas y la recogida”, dice Almeda.

Mientras tanto, la pandemia también supone un gran reto para el negocio por parte de Chino Latino Mexican Food Truck, que vende platos mexicanos clásicos en las ciudades de Parañaque y Las Piñas. “La baja demanda y la oferta, la producción, los servicios y la mano de obra limitados … Los requisitos y las limitaciones del gobierno son un gran reto. El negocio se adapta a ello y limita sus operaciones”, comparte un representante del camión de comida mexicana.

Chino Latino Mexican Food Truck
Foto de Chino Latino Mexican Food Truck

Los propietarios, Joey y Mylen Chua, iniciaron su aventura empresarial al considerar que “la comida mexicana es un poco cara” en Filipinas.

Como ellos, el restaurante español Bar Pintxos tampoco se salvó. “Nos ha afectado como a la mayoría de los negocios: estamos sobreviviendo, pero con muchas dificultades …”, dice el propietario Miguel Vecin.

Durante los primeros momentos de la pandemia, el gobierno de Filipinas estableció fuertes restricciones a muchas empresas. Bajo la orden de Cuarentena Comunitaria Reforzada, los restaurantes sólo podían ofrecer comida a domicilio y para llevar. Cuando se aplicó la Cuarentena Comunitaria Reforzada Modificada, unas semanas después, los restaurantes pudieron abrir sus puertas para cenar. Pero aún así, el impacto de la pandemia en los negocios todavía persiste.

“En el caso de Pablo Bistro, acabamos de reabrir en octubre, ya que intentamos poner a prueba el mercado y su disposición a ofrecer una experiencia de comida completa. Hemos introducido grandes cambios en la configuración de nuestro restaurante: hemos eliminado la barra y la hemos convertido en una zona privada llamada ‘Sala de la Vinoteca’, en la que pueden reunirse grupos reducidos (de un máximo de 12 personas) que deseen tener su propio espacio y disfrutar de nuestra comida y nuestras bebidas. También redujimos nuestro aforo a la mitad, aplicando la disposición de asientos aprobados por la IATF. También hemos invertido en purificadores de aire y máquinas de desempañado para tomar medidas adicionales de salud y seguridad dentro del restaurante”, dice Almeda.

La Pequeña España de Salcedo ya está abierta para comer en el interior, al aire libre y a domicilio para recuperarse de la crisis.

Los Chuas, por su parte, “proporcionan transporte, vitaminas y también ayudan en la información sobre cómo vacunarse a nuestros empleados”.

Para el Bar Pintxos, Vecin tuvo que introducir la innovación de crear un sitio de compras en línea; los clientes pueden comprar su comida a través de www.barpintxos.shop.

Mientras el producto interno bruto de Filipinas se contrae un 4,2% en el primer trimestre del año, las perspectivas económicas parecen muy sombrías. Aún así, Almeda tiene muchas esperanzas para la recuperación.

“Hasta ahora ha habido días buenos y días malos, pero seguimos siendo optimistas respecto a lo que nos traerá el año 2021 y a cómo los consumidores están empezando a salir de sus casas y a tener más confianza a la hora de comer en los restaurantes”, dice.

Arvyn Cerézo
Arvyn Cerézo es un escritor/reportero de arte y cultura con créditos en Book Riot, Publishers Weekly, South China Morning Post, PhilSTAR Life, Asian Review of Books y otras publicaciones. Puede encontrarlo en arvyncerezo.com y @ArvynCerezo en Twitter.

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